Chile se cansó: "Se debe actuar con sensatez, amor y entrega"

21 Octubre 2019

No confundimos el síntoma con la causa. Condenamos la violencia, pero sabemos que sin hacerse cargo de las motivaciones profundas, cualquier declaración es un discurso vacío.

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Ante la compleja y dolorosa situación que se vive en Chile desde los últimos días, como Fundación Daya consideramos un deber moral expresar una opinión ante lo que vivimos. Lo que hemos construido como organización viva no es una burbuja de cristal; nacimos enfocados en trabajar en la realidad del dolor, la vulneración y la desesperanza, abriendo caminos de alivio, abrazando y acompañando. En tiempos oscuros, no podemos ni sabemos callar.

1.- En primer lugar, esperamos que nuestra inmensa y creciente comunidad de pacientes se encuentre bien, y que en medio de la agitación de estas jornadas, hayan sabido encontrar en su día a día un espacio de paz. Es lo que siempre hemos buscado ofrecer para esa hermosa gente, en medio de su enfermedad y padecimiento. Cuenten con nosotros en estos momentos difíciles para ser parte del amparo y el consuelo. Por lo mismo, las puertas de Daya seguirán abiertas, recibiendo con los debidos resguardos, a quien quiera y pueda acercarse a nosotros para compartir un momento de acogida. Parte central de nuestra labor es poder encontrarnos y acompañarnos en medio del dolor, y son tiempos de perseverar en esa misión, creando comunidad.

2.- Entendemos que el estallido social que hemos vivido este último fin de semana es apenas un síntoma, apenas la justa reacción de un cuerpo social que parece haberse cansado del abuso, la marginación y la desigualdad. Somos gente de paz, eso lo sabe cualquiera que ha tratado con nosotros, que preferimos el abrazo a la confrontación, acoger antes que atacar, aliviar antes que acusar. Por lo mismo, nos duele profundamente ver que la violencia se toma las calles y las vidas. Pero tampoco somos personas ingenuas. No confundimos el síntoma con la causa. Condenamos la violencia, pero sabemos que sin hacerse cargo de las motivaciones profundas, cualquier declaración es un discurso vacío. Para eso, se debe actuar con sensatez, amor y entrega... Si no, seguiremos alimentando la hoguera de la frustración y el odio.

3.- Nos entristece profundamente que desde la autoridad se privilegien los discursos y las acciones que agudizan el conflicto. Es increíble, es doloroso, es desolador, escuchar proclamas de guerra interna, cuando lo que Chile necesita es la construcción de un nuevo pacto social. No es tiempo de combatir entre nosotros, sino que el país debe hacerse cargo de la profundidad del daño que cargan ya varias generaciones de chilenas y chilenos. Esperamos que ese discurso no se imponga, que los soldados vuelvan a sus cuarteles en paz, a hacer labores de reconstrucción, de ayuda y que dejen de apuntar con sus armas a sus propios compatriotas.

4.- Nos asiste la convicción de que, tras días de violencia y desolación pero también de esperanza, Chile necesita profundamente vivir en la normalidad. Hablamos de una normalidad diferente a la anterior de estos días de convulsión. Porque es justamente esa normalidad la que incubó la justa indignación. Un país donde se naturalizó el endeudamiento, la falta de derechos, la precarización de la salud, el individualismo y el consumismo desatado, no puede ser un país normal. No queremos que sea esa la realidad de hoy. Tenemos que sacar lecciones de lo sucedido, y ser capaces de construir una nueva normalidad, basada en la solidaridad, la empatía, la colaboración, las soluciones colectivas, la democratización de los derechos y la aceptación de la diferencia. Sin esos ejes, es difícil sanar a una sociedad herida.

Enviamos un abrazo fraterno de amor compasivo para todas y todos, pacientes, familias y toda la gente que vive en este hermoso país, que se merece lo mejor.

www.fundaciondaya.org